viernes, 3 de febrero de 2012

Observar aves en la ría de Ortigueira

En esta ocasión me acerqué a la Ría de Ortigueira. Hace unos años había pasado por aquí y me pareció bonita e interesante para el observador de aves. Necesité dos días para recorrerla desde el pueblo de Espasante hasta el Cabo de Ortegal, aunque podría recorrerse en un día si se madruga (cosa que yo no hice). En ambas ocasiones conté con unos días soleados y tibios magníficos a pesar de estar en el mes de enero y con bajamar al mediodía. Para recorrerla seguí buena parte de los consejos y la ruta propuesta en el libro “Donde observar aves en España” de la SEO.

Observatorio de aves sobre la ría


La ruta comienza en Espasante, un pequeño pueblo pesquero (N: 43º 43’ 21’’; W: 7º 48’ 45’’). Desde el espigón del puerto hay una vista magnífica de la entrada de la ría y del mar rompiendo contra las rocas. Durante el relajado paseo por la playa acompañado de un amigo pude ver gaviotas argenteas acompañadas por una garza real. También correlimos y algún chorlitejo grande correteando por la arena.


Desde aquí nos dirigimos a la población de Ladrido, que da nombre a una de las rías, y bajamos hasta el pequeño embarcadero (N: 43º 42’ 03’’; W: 7º 29’ 24’’). Este, en principio es un buen lugar para la observación, se domina buena parte de la ría desde la orilla, y según la guía pueden observarse limícolas durante la bajamar y concentraciones de aves en posaderos durante la pleamar. Yo sólo pude ver alguna garza real y una garceta, así que no me detuve mucho tiempo en este punto. 



La playa de Morouzos-Cabalar es, probablemente, la mejor de la ría, tiene unos 5km y un brazo de arena se adentra en la ría de Ladrido. Junto al campo de fútbol hay un aparcamiento para dejar el coche (N: 43º 41’ 56’’; W: 7º 50’ 55’’). Podemos realizar un paseo circular recorriendo la zona dunar y la playa: 

Caminando por la playa con el telescopio a cuestas


Por el lateral derecho del campo de fútbol hay una esplanada de la que sale, poco visible y cubierto por la hierba, un camino que nos lleva al primero de los observatorios ornitológicos que hay en esta playa. Es de madera y se encuentra en buen estado. Desde aquí se domina una amplia panorámica de la ría de Ladrido. Veo grupos de gaviotas posadas sobre la arena que deja la marea baja, también alguna garceta y zarapitos reales. 

Ostreros

Poco antes de llegar al observatorio, sale, en dirección a la playa, otro sendero delimitado por cuñas de madera que nos acerca, entre las dunas y bordeando la ensenada, al siguiente observatorio. A éste la faltan algunas tablas, pero aún está operativo. No obstante, con la marea tan baja las aves quedan muy lejos. Podemos seguir rodeando el brazo de mar que se adentra en la ría y regresar recorriendo la playa. A la altura de la caseta de la Cruz roja,  encontramos un camino de madera que, adentrandose en un pinar muy bonito, nos lleva hasta la carretera adoquinada que, a mano izquierda, se introduce en el aparcamiento del campo de fútbol, donde dejamos el coche.



Ver Dónde observar aves en un mapa más grande


No vamos a dejar la playa todavía. En la rotonda continuaremos por la derecha hasta encontrar, no muy lejos, un desvío de tierra que nos lleva a una pequeña explanada donde dejar el coche (N: 43º 41’ 58’’; W: 7º 51’ 39’’). De aquí sale un sendero de madera que nos acerca al pinar por donde pasamos antes. Por otra parte, el primer desvío a la derecha nos lleva a la laguna de San Martiño, probablemente más interesante en primavera, cuando se llene de anfibios.  Desde esta zona también se domina una buena panorámica de la marisma y me encuentro con varios ejemplares de gaviotas reidoras.  Continuando por la orilla en dirección a la playa, descubro una bandada de aves con especies como la gaviota argentea, ostreros, y correlimos entre otras.

Desde aquí me dirijo al puerto de Ortigueira (N: 43º 40’ 57’’; W: 7º 51’ 16’’). Con la marea baja es otro lugar magnifico para observar aves y, por el momento, el mejor lugar que he encontrado en la ría para practicar digiscoping. Me encuentro con garzas, garcetas, gaviotas, cormoranes, ostreros, zarapitos… Una chica me comenta que es muy frecuente ver nutrias por aquí y que en la esquina del último espigón se concentran siempre los archibebes. No vi a la nutria, pero los archibebes no tardaron mucho en llegar y ponerse a tiro de las cámaras de fotos y de video sin ningún pudor.


Espasante


Después de comer dejo el puerto y salgo de Ortigueira por la AC-802. Inmediatamente después de la gasolinera hay un lugar elevado sobre la ría donde se domina la ensenada de Cuiña (N: 43º 40’ 41’’; W: 7º 50’ 46’’). Se puede aparcar sin problemas. Desde aquí veo las primeras anátidas de la jornada: ánades reales y una especie que me pareció el ánade solbón. Más a lo lejos se ven grandes grupos de especímenes, pero ahora tengo el sol de frente y no los veo bien.

Siguiendo los consejos de la chica del puerto voy en busca del molino de mareas. Continuo por la AC-802 dejando Ortigueira, y enseguida veo una señal que indica que el molino queda hacia la derecha. La carretera es estrecha y está en obras, con un socavón tremendo, así que dejo el coche y continuo andando. Desde el molino de mareas también se tiene una amplia vista de la ensenada de Cuiña, localizo gaviotas reidoras, cercetas y numerosos ánades rabudos. Probablemente no he elegido la mejor manera de llegar aquí, puesto que me he encontrado con una pareja de ornitólogos que llegaron con su coche hasta el molino.

La tarde se me hecha encima, así que no me entretengo mucho, me despido y continúo ahora en dirección a Cariño y el cabo de Ortegal.

Me detengo frete al complejo hotelero “La Ría”. Hay un lugar amplio para aparcar y se domina la ensenada de Mera desde bastante altitud. Muy buena vista. Veo garzas, cercetas, ánades reales y algunas limícolas que no consigo identificar.



Embarcadero de Ladrido


No me detengo mucho tiempo. El siguiente punto de observación (N: 43º 40’ 47’’ W: 7º 52’ 16’’) se encuentra al final de la AC-6120, carretera que termina al borde del mar en una zona de amarre de barcas, frente al puerto de Ortigueira. Hay buena vista, pero probablemente no es un buen lugar porque las embarcaciones pasan relativamente cerca.

Más interesante parece el siguiente punto. Desde la AC-1052 me desvíe a la derecha oruna carretera que no viene en el GPS en este punto N: 43º 41’ 28’’ W: 7º 53’ 28’’. La carretera es muy estrecha. Un buen tramo de la carretera discurre pegado a la ensenada de Esteiro, pero no hay donde dejar el coche. Lo mejor es aparcar en la AC-1052 antes del desvío y recorrer a pie los 200m. que nos separan de la ensenada. Yo llegué con la marea alta, pero parece un magnífico lugar para observar aves durante la bajamar. Si continuamos con el coche, la carretera termina en el extremo de la península, con un lugar para aparcar o dar la vuelta.

Para llegar al siguiente punto (N: 43º 42’ 40’’; W: 7º 51’ 47’’) nos desviamos a la derecha antes de llegar a Cariño para dirigirnos a la playa de Figueiras. La carretera termina al borde del mar, en la entrada de la ensenada de Caleira, otro buen lugar para la observación de aves.

Desde aquí sólo me resta alcanzar el final de mi camino en el faro del cabo de Ortegal (N: 43º 46’ 15’’; W: 7º 52’ 10’’). Al entrar en Cariño hay que seguir las indicaciones. Llego al Cabo de Ortegal casi oscureciendo. Los acantilados son impresionantes, y parece que dos parejas opinan que también son muy románticos. Me como unas galletas con mermelada de naranja mientras observo los immensos peñascos que rompen la costa y el mar se estrella contra ellos. La noche va cayendo aunque sólo son las seis y media, pero no importa. Ha sido un día pleno de satisfacciones.